Cierre de la Puerta Santa de la Catedral de Ávila |
.. y la Puerta Santa se cerró. Tras casi un año siendo
testigo del paso de peregrinos para ganar el Jubileo, la Puerta de los
Apóstoles de la Catedral de Ávila se cerraba simbólicamente en la tarde-noche
de este domingo, como final del Año de la Misericordia.
Era tiempo de la clausura en las diócesis, tal y como estaba
previsto en la bula "Misericordiae Vultus". Y así lo hizo nuestro
Obispo D. Jesús, con una Eucaristía en la Catedral, uno de los tres templos
jubilares con los que ha contado Ávila. Acompañado de más de 300 fieles, y un
gran número de sacerdotes, Mons. García Burillo aseguraba que "celebrar
el Jubileo de la Misericordia ha significado poner en el centro de nuestra vida
personal y de nuestras comunidades a Jesucristo, la Misericordia hecha carne,
que hace visible para nosotros el gran Amor de Dios".
En su Homilía, hacía un balance muy positivo de lo que ha supuesto
este Año de gracia para la diócesis abulense: "Hemos vuelto nuestra
mirada a Cristo y hemos contemplado el misterio de la misericordia de Dios,
fuente de alegría, de serenidad y de paz. Ha sido una invitación a vivir el
amor de Dios mediante su perdón, a caminar con paso firme por la vía de la
conversión personal y comunitaria". También tuvo palabras de
agradecido recuerdo para los sacerdotes misioneros de la misericordia (D. Jorge
Zazo, D. Diego Martín Peñas, D. Antonio Collado y D. Miguel García Yuste),
quienes "han ejercido su ministerio incansablemente predicando,
perdonando, absolviendo. Hoy les damos las gracias en nombre de la Diócesis por
su servicio específico a la Misericordia divina".
Ladrillo colocado en la catedral, proveniente de la Basílica de Santa María la Mayor |
Con la mirada puesta en el futuro, D. Jesús se
preguntaba ¿cómo podremos seguir viviendo de la misericordia de Dios? "Las
obras de misericordia, corporales y espirituales siguen siendo los cauces más
efectivos que expresan nuestro compromiso con el hombre de hoy. El ladrillo
procedente de la puerta de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, que se
abrió para el Jubileo de la Misericordia, nos lo recordará siempre en esta
catedral. Señor, ayúdanos con tu gracia a perseverar en el amor". En
efecto, como señalaba el Obispo en su alocución, en esta clausura del Año de la
Misericordia se ha colocado en una columna de la Catedral (la que se encuentra
a la derecha, junto a la imagen de Santa
Teresa, antes de llegar a la puerta de
la sacristía y al Presbiterio) un ladrillo proveniente del muro de la Puerta
Santa de la Basílica de Santa María la Mayor, de Roma. Un muro que había sido
colocado tras el Jubileo del año 2000, y retirado tras la apertura de la Puerta
Santa de dicha Basílica en este Año de la Misericordia.
Al término de la Eucaristía, los fieles recibieron un
ejemplar de la nueva Carta Pastoral de nuestro Obispo, que lleva por
título "Bienaventurados los misericordiosos". Se trata de
tres catequesis que nuestro Obispo predicó a los jóvenes durante la pasada
Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, por encargo del Pontificio Consejo
de Laicos. Dado su origen, están escritas en un lenguaje muy accesible y
directo, con lo que, a buen seguro, se convertirán en un instrumento pastoral
muy adecuado para trabajarlo en parroquias, movimientos y grupos de laicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta esta noticia. ¡Gracias!