Presentación en Ávila de la exposición de Las Edades del Hombre |
Cuatro serán las obras que aporta Ávila a la
próxima exposición de Las Edades del Hombre. Dos de ellas, pertenecientes a la
diócesis, se presentaban esta mañana en el Obispado. Se trata del cuadro de San
Andrés, recientemente restaurado por el Instituto del Patrimonio Cultural de
España (perteneciente al Ministerio de Cultura). Un óleo del siglo XVIII que se
atribuye al taller de Ribera, y que habitualmente se contempla en la
antesacristía de la Catedral. La otra pieza, también proveniente de la
Catedral, es un aguamanil con su correspondiente fuente para portarlo,
realizado en plata sobredorada. Una pieza también del siglo XVIII, obra de los
orfebres salmantinos Francisco Villarroel y Manuel García Crespo.
“Aqva”, como se llama esta nueva edición de
Las Edades, abrirá sus puertas el próximo mes en Toro (Zamora). Es la primera
vez que se presenta una exposición monográfica sobre el agua, destacando
valores antropológicos y catequéticos de este líquido elemento, como recordaba
el Obispo de Ávila, y presidente de la Fundación Edades del Hombre. Don Jesús recordaba también la importancia que el propio papa Francisco daba al agua en su última encíclica "Laudato Si", donde afirma que “es indispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas. El acceso al agua potable y segura es un derecho humano fundamental”. "La sed de agua - señalaba nuestro Obispo - se puede comparar con la sed que el hombre tiene de Dios. El agua es símbolo de vida, de purificación, y revela la relación entre los hombres y Dios".
Por su parte, el Secretario General de Las
Edades, el sacerdote abulense Gonzalo Jiménez, recalcaba que la intención de las muestras cada año es
tratar de hacer del patrimonio un instrumento de evangelización, a la vez que
buscan socializar el patrimonio religioso, que por otra parte es el 80 - 90 %
del patrimonio de Castilla y León.
La aportación abulense a “Aqua” se completa
además con otra obra de Florencio Galindo sobre Noé, así como el cartel de la
exposición, obra de Eduardo palacios.
SAN ANDRÉS (PINTURA AL ÓLEO SOBRE LIENZO)
Alto: 130 cm; Ancho: 109 cm.
Se trata de un cuadro recientemente restaurado
y que se localiza en la antesacristía, muro oeste. Los últimos trabajos de restauración de la
obra han posibilitado la datación de la obra como de los años 30 del siglo XVII,
además han permitido vincularle al taller de José de Ribera (1600-1660).
Estamos ante una obra tenebrista al gusto de la
época en la que aparece la imagen de San Andrés, de medio cuerpo y con el torso
desnudo. Mira hacia la izquierda de donde procede la luz que ilumina la figura,
el resto está en penumbra. Los atributos iconográficos que aparecen son los
propios de San Andrés, la cruz en aspa que es símbolo de su martirio, el pez
que hace alusión a su condición de pescador (según el texto del Evangelio de
San Mateo, capítulo 4, versículos del 18 al 20), y el libro que le identifica
como apóstol y evangelizador.
La gran calidad del cuadro hace pensar que se
trata de una obra muy cercana al pintor mencionado. En los años en los que se
sitúa la ejecución de esta obra son frecuentes los encargos de apostolados con
este mismo tratamiento pictórico. El modelo que encarna al santo, es muy
similar al San Andrés del Museo Nacional del Prado o al cuadro de la misma
pinacoteca y que representa a San Bartolomé, por lo que se podría pensar que ha
servido como modelo la misma persona. Los datos técnicos de la obra, como son la
calidad de la tela de lino y los materiales analizados de la capa pictórica
confirman la datación del cuadro.
AGUAMANIL CON FUENTE
Se trata de una jarra o aguamanil y la
correspondiente fuente para portarlo, realizado en plata sobredorada. Es una
obra de hacia 1731 realizada por los orfebres Francisco Villarroel y Manuel
García Crespo, afincados en Salamanca. Son dos piezas de distinto autor y factura que
forman un elegante conjunto de piezas utilizados en la liturgia de la Catedral
de Ávila.
La jarra presenta una decoración vegetal
profusa por toda ella, llamando la atención el asa con forma de sierpe alada
que en fuerte curva une el centro de la pieza con la boca en el lado opuesto al
pico de vertido. Está muy trabajada con las escamas individualizadas y las alas
muy trabajadas. La cabeza muestra rasgos feroces con la boca entreabierta.
La fuente circular y con borde moldurado levemente
es profunda y presenta un asiento central para sostener la jarra. Su decoración
está dentro de la estética de la jarra, sin embargo tiene diseños decorativos
diferentes, más evolucionados. Este dato hace que la pieza sea rara,
habitualmente aguamanil y fuente forman conjunto homogéneo. El modo de trabajar
esta pieza del conjunto ha sido repujados con mayor nitidez, con perfiles más
afilados y en contraste entre planos más acentuado.
La datación y autoría, como
es habitual en la orfebrería, se ha determinado gracias a las marcas o
contrastes que aparecen en las piezas. En el asiento de la fuente aparecen tres
punzones: la marca de la ciudad de Salamanca, consiste en un toro sobre puente
de cinco ojos; la del fiel contraste Francisco de Villarroel (VILLA/ROEL) y la
del artífice Manuel García Crespo (MNVE/GARZA).El aguamanil sólo tiene los dos
primeros punzones. En cuanto a la datación aparece junto al contraste de
Villarroel el número “31”.
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