La Eucaristía como centro de la vida del cristiano

Más de 200 personas de Europa y América se están acercando estos días a la figura del Beato Manuel González, impulsor de la Familia Eucarística Reparadora. La ciudad de Ávila acoge un encuentro dedicado a su figura bajo el título ‘Fuego en el corazón del mundo’. Muy cariñosas fueron las palabras que pronunció sobre el Beato el Cardenal Ricardo Blázquez, quien, como Manuel González, fue también Obispo de Palencia. Don Ricardo le recordó como "un pastor de cuerpo entero, cabal, gran catequeta, una persona con una fecundidad y facilidad para escribir admirable, mucho gracejo". Señaló además que él percibió "con mucha claridad cómo la Eucaristía es el centro de la vida de los cristianos".

Un sencillo hombre de Dios con una espiritualidad eucarística muy fuerte, muy intensa, origen de su apostolado y su ministerio episcopal. Así le definía también el Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en la sesión inaugural del Congreso.

Amato se ha referido, por otra parte, a las próximas canonizaciones que llevará a cabo el Papa Francisco. La primera de ellas, en septiembre, será la del español Fray Junípero Serra. Un "misionero extraordinario y prácticamente el fundador de la California contemporánea”. Un mes después, serán canonizados los padres de santa Teresita del Niño Jesús, coincidiendo con el Sínodo de la Familia en el Vaticano y para demostrar, ha afirmado el Prefecto, que “hoy la familia se puede santificar hasta la canonización”. Son sólo dos ejemplos de los procesos abiertos, pero hay muchos más. Según Amato, sólo de mártires españoles, hay “más de 7.000 causas pendientes” de canonización.

Por cierto, en esa inauguración del Congreso, el Presidente de la Conferencia Episcopal volvía a hacer mención a la "oleada de mártires en diversos países, en África y Asia, como hacía siglos que no conocíamos". Mons. Blázquez pedía estar cerca de estos cristianos perseguidos, que se enfrentan a diario ante alternativas tremendas, obligándoles a hacer y creer en lo que se les dice, o bien siendo expulsados sin nada o incluso asesinados.