El que ha sentido la llamada de Jesús y está en proceso de
formación, debe tener siempre presente las palabras del salmo: «Servid al Señor
con alegría» (Sal 99, 2). ¿Y de dónde nace la alegría en el servicio del Señor?
Teresa de Calcuta nos da la respuesta: «El que tiene a Dios en su corazón,
desborda de alegría. Nuestra alegría es el mejor modo de predicar el
cristianismo. Al ver la felicidad en nuestros ojos, tomarán conciencia de su
condición de hijos de Dios.»
domingo, 16 de marzo de 2014
"La alegría de anunciar el Evangelio"
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