miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cáritas sigue luchando para paliar el drama de las personas sin hogar


"Son derechos, no regalos". Así reza el lema de la campaña del Día de los Sin Techo, que va a celebrar Cáritas el próximo domingo 25 de noviembre. 20 años lleva celebrándose para tomar conciencia de esta problemática, y para seguir luchando por lograr una protección social para aquellas personas que carecen de un hogar, o que, aún teniéndolo, no cumple con las mínimas condiciones de habitabilidad.  Asimismo, ahora esta campaña cobra más sentido que nunca, con el drama de los desahucios en pleno auge, que propicia que cada vez sean más las personas que se encuentran en esta situación. Esta pretendida protección social constituye uno de los pilares del Estado Social de Derecho y del Bienestar social. El derecho de las personas a tener garantizados unos ingresos para vivir se encuentra recogido en nuestra Constitución, en la Declaración Universal de Derechos humanos, en la Carta Social Europea, en el Tratado de Lisboa y en las Leyes Autonómicas. Entre las propuestas para luchar contra la pobreza hay que poner especial atención en garantizar la igualdad de oportunidades, reforzar los sistemas de protección social y garantizar ingresos durante los periodos de transición.

Por todo ello, la asociación caritativa de la Iglesia católica pide a la sociedad en genera y a las administraciones públicas que se den las bases necesarias para garantizar que no haya personas en riesgo de exclusión social por carecer de un hogar y/o de medios para conseguilo. En la rueda de prensa de presentación de esta campaña, Fernando Carrasco (delegado diocesano de Cáritas en Ávila) ha pedido, asimismo, que tengamos muy presente que los sin techo tienen una dignidad que hay que respetar por encima de todo.

En nuestra ciudad, Cáritas cuenta con un albergue, que no sólo sirve de alojamiento, sino que se constituye como un primer paso para conseguir esa reinserción de las personas sin hogar, ayudándoles a recuperar la confianza en ellos mismos para darles los mecanismos necesarios con el fin de que puedan afrontar sus dificultades. En lo que llevamos de año, han pasado por sus instalaciones 615 personas, y se han realizado más de 2.000 acciones. El perfil suele ser el de hombres (la gran mayoría españoles) de mediana edad, que deambulan por el país intentando encontrar trabajo. Para ello, cuenta con un presupuesto cercano a los 160.000 euros, financiados por la Junta, la Obra Social de Caja de Ávila, otras instituciones públicas y los fondos de la propia Cáritas.

El albergue ofrece también un comedor social, que desde 2009 viene ofreciendo unas 25 comidas diarias a personas con verdaderos problemas para poder procurarse alimento. Una ayuda que se complementa con la comida que se reparte a las familias desde las distintas Cáritas parroquiales. Y es que, a juicio de Fernando Carrasco, el objetivo es intentar ayudar desde la propia familia, que puedan comer en sus propias casas facilitándoles el alimento, para que no haya menores que se tengan que ver en la desgarradora situación de acudir diariamente a un comedor social, algo que, sin duda, les marcaría de por vida.

Pero la acción de Cáritas va mucho más allá. La labor del albergue se complementa a la perfección con el Centro integral de Formación que se encuentra en la calle Santa Fe (en un lateral de la iglesia de Santo Tomás). Allí se facilitan instrumentos para la reinserción social para aquellas personas que, habiendo pasado por el albergue, quieran dejar la calle. Además de ofrecerse cursos destinados a labrarse un futuro en el mercado laboral (horticultura, ebanistería, ...), se trabajan valores como el esfuerzo, la constancia, el trabajo en equipo, y la adquisición de rutinas. Todo ello, enfocado a conseguir una normalización social.

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