En un ambiente familiar y cercano, los catequistas de las
once parroquias de la capital recibieron este jueves por la tarde a Mons. Jesús
García Burillo en los salones parroquiales de Santo Tomás. Se trataba de un
encuentro común enmarcado en la visita pastoral que está realizando el Obispo
al arciprestazgo Ciudad de Ávila. 100 catequistas (principalmente seglares),
así como los once párrocos, recibieron al Pastor de la diócesis, quien estuvo
acompañado por el Delegado y la Vicedelegada de Enseñanza y Catequesis (Abilio
Blázquez e Isabel López, respectivamente).
García Burillo expresó su reconocimiento y gratitud por el
servicio desinteresado que prestan los catequistas al servicio del
acompañamiento en el camino de la fe. Y les animó fervientemente a seguir
siendo anunciadores del mensaje de Cristo en la sociedad actual, continuando el
mandato evangélico, y dando testimonio con su propia fe y ejemplo de vida.
El Obispo, además, pudo conocer de primera mano la situación
de la catequesis en las parroquias de Ávila, y las inquietudes de los
catequistas en su tarea cotidiana. Éstos le expusieron las dificultades que
encuentran en su camino, como el ambiente social de secularización, que
revierte en lo poco que se valora en ocasiones su tarea, y cómo se anteponen
otras actividades extraescolares de los jóvenes a la propia catequesis. También
la falta de implicación de los padres en el acompañamiento de sus hijos en la
fe, la falta de atención de los propios jóvenes, o la necesidad de un cambio en
el proceso catequético, que consideran “poco iniciático”.
Pese a todo ello, los catequistas transmitieron al Obispo
que la percepción que tienen es que su tarea de acercar a los chicos a Dios, de
alguna manera, es fecunda, y cómo les animan los pequeños detalles que observan
en el proceso de crecimiento en la fe de los chicos: cuando ven que les gusta
que les hablen de Dios, que formulan con espontaneidad pequeñas oraciones, que
siguen con atención la Eucaristía, que comparten en catequesis las cosas de su
vida, …
Por último, los catequistas plantearon al Obispo cuatro
objetivos que se marcan para su tarea en el futuro:
- Intentar conseguir una mayor implicación de los padres en el proceso de formación de los chicos, así como introducirlos en la participación de la Eucaristía dominical.
- Intentar una catequesis que inicie en la fe, grupal y de acompañamiento personal, que parta de la vida de los niños y de su situación concreta. Es decir, un modelo de proceso catecumenal se parta de la situación personal para hacer una propuesta de conversión.
- Estudiar las propuestas a los chicos de postcomunión y postconfirmación
- Intentar mantener la unidad del proceso en todas las parroquias, con una mejor coordinación con las propuestas que se hacen desde la diócesis.
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