La Iglesia de Ávila viene siguiendo con
preocupación desde hace tiempo la dramática situación que están viviendo
millones de personas en Oriente Medio, principalmente en Siria e Irak. Una
verdadera tragedia que ha derivado en un éxodo masivo de refugiados buscando su
supervivencia en Europa, y que ha llegado a convertirse en un gravísimo
problema humanitario. El Papa se ha hecho eco de esta tragedia, haciendo un
llamamiento universal.
La diócesis quiere mostrar su colaboración para
hacer frente a esta catástrofe y contribuir a prestar ayuda a los refugiados en
la medida de nuestras posibilidades. El Obispado de Ávila ha encomendado a
Cáritas Diocesana la coordinación de todas las acciones encaminadas a este
propósito. Estaremos en contacto con Cáritas Española y colaboraremos con las
instituciones civiles provinciales y locales.
También queremos hacer un llamamiento a todos los fieles, familias, instituciones y empresas. Ávila siempre ha dado muestras de ser una comunidad generosa con el que sufre. Ahora, es tiempo de mostrar de nuevo nuestra sensibilidad ante el drama de miles de hermanos nuestros que sufren la sinrazón de un conflicto armado que está cercenando sus vidas. Pedimos a toda la sociedad una actitud de generosa acogida, afecto y solidaridad con los refugiados, cada cual según sus posibilidades. En el V Centenario del nacimiento de la Santa, nos hemos propuesto la renovación interior de cada uno siguiendo sus huellas; concretamente, la fraternidad con nuestros hermanos. En esto mismo insistía el Papa Francisco en el mensaje que nos envió: “¡Cómo desearía unas comunidades cristianas más fraternas donde se haga este camino: andar en la verdad de la humildad que nos libera de nosotros mismos para amar más y mejor a los demás, especialmente a los más pobres!”
También queremos hacer un llamamiento a todos los fieles, familias, instituciones y empresas. Ávila siempre ha dado muestras de ser una comunidad generosa con el que sufre. Ahora, es tiempo de mostrar de nuevo nuestra sensibilidad ante el drama de miles de hermanos nuestros que sufren la sinrazón de un conflicto armado que está cercenando sus vidas. Pedimos a toda la sociedad una actitud de generosa acogida, afecto y solidaridad con los refugiados, cada cual según sus posibilidades. En el V Centenario del nacimiento de la Santa, nos hemos propuesto la renovación interior de cada uno siguiendo sus huellas; concretamente, la fraternidad con nuestros hermanos. En esto mismo insistía el Papa Francisco en el mensaje que nos envió: “¡Cómo desearía unas comunidades cristianas más fraternas donde se haga este camino: andar en la verdad de la humildad que nos libera de nosotros mismos para amar más y mejor a los demás, especialmente a los más pobres!”
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