En este Año de la Vida Consagrada que estamos viviendo, la Conferencia Episcopal ha propuesto a todas las diócesis españolas una celebración especial para el sábado 26 de septiembre, día en el que se celebra la Memoria de los Santos y Mártires de la Vida Consagrada. Dicha celebración se realizará bajo el lema Ver, recordar y contar la fidelidad a Cristo, y constituye un momento único para dar a conocer a todos los fieles el testimonio de fe y vida de los santos y mártires procedentes de la vida consagrada, con especial mención a los mártires del siglo XX en España. En la diócesis de Ávila esta jornada se celebrará con una Eucaristía en el Monasterio de La Encarnación, el citado 26 de septiembre a las 18 horas.
Estos son los beatos consagrados mártires que ha dado nuestra Iglesia:
- Beato Mariano (Juan María de la Cruz) García Méndez.- Nació en San Esteban de los Patos el 25 de septiembre de 1891, primogénito de una familia numerosa. Ingresó en 1903 en el seminario de Ávila; pero, ante la enfermedad de su padre, tuvo que retornar a su casa. En 1913 regresó a Ávila, al convento de los dominicos, que debió abandonar a causa de su salud. Volvió al seminario de Ávila y fue ordenado en 1916. Después de años de ministerio parroquial en la Moraña abulense, marchó con los carmelitas descalzos, que dejó por su salud. Volvió a la diócesis y, definitivamente, emitió sus votos con los padres reparadores que le enviaron a Valencia. Allí pudo dar testimonio de Cristo. Murió mártir en Silla el 23 de agosto de 1936. Hoy está enterrado en la casa de los reparadores de Puente la Reina, en Navarra. Fue el único abulense beatificado por Juan Pablo II, el 11 de marzo de 2001.
- Beato Marcelino Ovejero Gómez.- Nació en Becedas el 13 de febrero de 1913, hijo de Pablo y Cristina, de condición humilde. Animado por las franciscanas de su pueblo, en 1925 ingresó en el seminario de Alcázar de San Juan. El 25 de agosto de 1928, vistió el hábito franciscano en Arenas de San Pedro, donde profesó el 26 de agosto del año siguiente. No llegó a emitir la profesión solemne por estar sujeto al servicio militar. Cursó el trienio filosófico en Pastrana, el primer curso de teología en Alcázar de San Juan y otros tres en Consuegra. Algo tímido, bondadoso y sencillo, fray Marcelino era querido por todos sus compañeros. Con cualidades humildes, obtenía buenas calificaciones, dada su aplicación. Siempre se mostró piadoso, cumplidor del deber y respetuoso con los educadores. Sabía sobrellevar las contrariedades y, a pesar de los peligros que trajo la República de 1931 en España, y de que, tras la quema de conventos, sus familiares quisieron llevárselo al pueblo, Marcelino se mantuvo firme en los compromisos de su profesión y no quiso salir del convento. La gracia trabajó en él disponiéndolo al martirio, que recibió el 16 de agosto de 1936 con sus compañeros de Consuegra en el término de Fuente el Fresno, en Ciudad Real. Hoy sus restos descansan en la capilla de los mártires de San Juan de los Reyes, en Toledo, junto a sus hermanos de consagración y entrega. Fue beatificado el 28 de octubre de 2007, en Roma.
- Beato Andrés Majadas Málaga.- Junto al padre Víctor Chumillas y a los otros 18 franciscanos de Consuegra, estaba aquel día 16 de agosto de 1936 el décimo de los once hijos de Galo y Regina, un matrimonio de Becedas, donde nació el 2 de marzo de 1914. Allí conoció a las franciscanas misioneras y desde niño se sintió atraído por Jesucristo y por el testimonio de san Francisco. Aunque perdió a su madre con siete años y lo llevaron al orfanato de Ávila, en 1924 ingresó en el seminario de Alcázar de San Juan. Bien capacitado intelectualmente, Andrés fue un estudiante aplicado, lector asiduo, que profundizaba sobre los temas en muchos libros. No hacía nunca ostentación de su talento, sino que con sencillez ayudaba a sus compañeros en los estudios. Su temperamento era áspero y hasta nervioso, pero había logrado dominarlo con la oración. Hombre de profundas convicciones, coherente, infundía respeto en sus condiscípulos. El 20 de mayo de 1929, vistió el hábito franciscano en Arenas de San Pedro para profesar de votos temporales el 21 de mayo del año siguiente. Sus reflexiones, su espiritualidad, su hondura mística quedaron recogidas en algunos artículos de filosofía y teología, y en varios poemas en la revista del seminario. Sobre todo en estos últimos, expresó sus sentimientos ante la persecución religiosa y su disposición para la cruz del martirio, que abrazó aquel 16 de agosto de 1936. Fue beatificado el 28 de octubre de 2007.
- Beato Vicente Majadas Málaga.- Era el hermano menor de Andrés. Nació el 27 de octubre de 1915, en Becedas. Desde muy joven, Vicente fue educado en el colegio de las franciscanas, en su pueblo, por cuyo testimonio, y por las cartas que recibió de Celestino, otro de sus hermanos, y de Andrés, se animó a ingresar en el seminario de Alcázar de San Juan. En noviembre de 1930 tomó el hábito franciscano en Arenas de San Pedro, donde también realizó su profesión temporal. Los que le conocieron dijeron que Vicente era un chico espontáneo y sincero, sin doblez, que no intentaba aparentar lo que no era. Era poco aplicado con los estudios, porque suponían un gran esfuerzo para él; pero con su testimonio, sencillo y profundo, colaboró para que alguno de sus compañeros, ante las pruebas de la misma vocación, no abandonara la Orden y pudiera luego acompañarle en la prueba más grande que todavía les esperaba. A pesar de la discreción de su vida y hasta de una cierta debilidad, Dios encontró en él la madera digna de arder para su gloria con el fuego del martirio. Murió por Cristo, a los veinte años, el 16 de agosto de 1936. Fue beatificado el 28 de octubre de 2007.
- Beato Félix Maroto Moreno.- Nació en Gutierremuñoz el 30 de enero de 1915, hijo de Abundio y de Juana, labradores humildes, pero de profunda religiosidad. El 1 de junio de 1930, tomó el hábito franciscano en Arenas de San Pedro y profesó de votos temporales en el mismo convento el 2 de junio de 1931. Estudió en Pastrana y en Consuegra, sin llegar a realizar su profesión solemne. Félix era de carácter fuerte, pero con gran dominio de sí, generoso, decidido, prototipo de dinamismo y de franqueza, de los mejor dotados de su curso y de una aplicación incansable. Pero todas sus preciosas cualidades humanas no le llevaron nunca a distanciarse de sus compañeros, que se sentían atraídos por su naturalidad sin presunción, su simpatía y entusiasmo. Vivía centrado y gozoso de haber recibido su vocación franciscana. En una ocasión, uno de sus familiares le dijo que si le mandaban a misiones podía ser martirizado, a lo que él repuso: “¡Qué más quisiera yo que dar mi sangre por Jesús!” No necesitó ir a misiones para recibir la palma del martirio. Murió junto a sus compañeros de Consuegra aquella jornada del 16 de agosto de 1936. Fue beatificado en Roma el 28 de octubre de 2007.
- Beata Lucía (Lucila María de Jesús) González García.- Nació en San Esteban del Valle el 2 de marzo de 1908. En 1930, ingresó en las adoratrices de Madrid y en 1932 profesó en la casa de Guadalajara, donde fue siempre diligente y atenta en los más humildes trabajos de la comunidad. Emitió sus votos perpetuos a los 28 años, poco antes de que toda la comunidad de Guadalajara fuera conducida, en septiembre de 1936, al refugio de Costanilla de los Ángeles, en Madrid. Allí permanecieron retenidas todas las adoratrices y se dieron ánimo, unas a otras, para afrontar el martirio con entrega generosa a la voluntad de Dios. Fue fusilada con el resto de sus hermanas en la madrugada del 10 de noviembre y enterrada en el cementerio del Este, hoy de la Almudena, durante años. Hoy, sus restos, se conservan en el panteón de mártires de la casa madre de la congregación, en Madrid. Fue beatificada el 28 de octubre de 2007.
- Beato Macario Sánchez López.- Nació en Hoyocasero el 29 de febrero de 1884, hijo de Ignacio y María, quienes le educaron y acompañaron espiritualmente a lo largo de sus primeros años de vida. La consagración de Macario giró en torno al monasterio agustino de San Lorenzo del Escorial. Allí llegó en 1901 y en él realizó el noviciado, la profesión de votos simples y los votos solemnes, el 10 de mayo de 1908. Con el tiempo, fue destinado al colegio Alfonso XII, al colegio de Palma de Mallorca y la universidad María Cristina, pero de nuevo volvió al monasterio, donde le sorprendió la Guerra Civil. Fue detenido con toda la comunidad y encarcelado en la prisión de San Antón el día 6 de agosto de 1936. En la cárcel, se preparó para el martirio, al tiempo que pintaba a carboncillo algunos retratos de sus hermanos agustinos, que han llegado a nosotros junto al testimonio de su sincera piedad. El 30 de noviembre de aquel trágico 1936, a primeras horas de la mañana, le despojaron de todas sus pertenencias y, desnudo, junto a su hermano pequeño, Tomás, también agustino, le ataron las manos a la espalda. Con otros 50 religiosos esperó durante varias horas en el salón de la entrada, de donde fue conducido a Paracuellos del Jarama, en cuya tierra daría gloria a Dios en una entrega martirial. Los testigos nos hablan de su firmeza ante la cruz y de la profunda aceptación de la voluntad de Dios. Fue beatificado en Roma el 28 de octubre de 2007.
- Beato Tomás Sánchez López.- Nació en Hoyocasero el 18 de septiembre de 1890. Era el hermano pequeño de Macario. Compartió con él vida, vocación y martirio. En este mismo pueblo permaneció los primeros años de su vida, entre juegos y travesuras propias de un niño alegre y simpático. Con el tiempo, al sentir la llamada de Dios, siguió los pasos de su hermano e ingresó en el monasterio agustino del Escorial, donde profesó en 1911, a la edad de 21 años. En el mismo monasterio profesó en 1918 de votos solemnes. En 1919 fue destinado a la casa de Palma de Mallorca, y en 1924 a la de Guernica. En 1927, durante el verano, se le comunicó que había sido trasladado a Madrid, como sacristán, donde permaneció hasta 1933, en que regresó al monasterio del que partió, en el Escorial. El 6 de agosto de 1936, junto con toda la comunidad, fue detenido y apresado en la cárcel de San Antón, donde pasó casi cuatro meses. Un día, después de muchos sufrimientos y privaciones, fue juzgado por un tribunal burlesco y declarado culpable de ser religioso. Se le condenó a morir al lado de los otros agustinos, que dieron gloria a Dios en Paracuellos del Jarama, el 30 de noviembre de 1936. Fue beatificado el 28 de octubre de 2007.
- Beato Eduardo González Santo Domingo.- Nació en Ávila el 5 de enero de 1884. Fue bautizado en la iglesia de San Juan. Pronto perdió a su padre lo que complicó la vida de su familia. Su vocación le llevó a ingresar en los dominicos de Ocaña. En 1913 recibió el hábito de hermano cooperador y, en 1914, emitió la profesión simple. Transcurrió por diversos conventos de su Orden, donde ejerció los trabajos más humildes. En 1936 fue destinado al convento de Ocaña, donde asistió al asalto de la comunidad, el 22 de julio. Conducidos a Madrid, murió mártir el 5 de agosto de 1936. Fue beatificado en Roma el 28 de octubre de 2007.
- Beata Juliana (María Asumpta) González Trujillano.- Nació en El Barco de Ávila en 1881. En 1903, ingresó en el noviciado de las franciscanas misioneras de la Madre del Divino Pastor, que habían llegado a su pueblo en 1885. En 1910 emitió los votos perpetuos en la casa que el instituto tenía en Coruña y fue enviada a fundar la comunidad de Arenas de San Pedro, donde permaneció 3 años. Luego pasó a la casa general, donde destacó por su fidelidad, exactitud en el deber, capacidad de sacrificio personal e intimidad con Cristo. Al estallar la persecución religiosa, se trasladó con la general a Madrid con el encargo de llevar los escasos recursos de la congregación a una embajada extranjera. Sin embargo, el 20 de octubre de 1936 fue detenida por los milicianos y encerrada en la checa de Fomento. En su cautiverio, llamó la atención por su entrega y por la entereza con que afrontó el martirio. Apenas quedan detalles de sus últimos momentos. Tampoco ha llegado la memoria de su sepultura. Llegó, sobre todo, la luz con que iluminó a sus hermanas de comunidad y la hondura espiritual con que fortaleció la fe de las que sufrieron con ella en la checa. Fue beatificada en Tarragona en octubre de 2013.
- Beato Anastasio Garzón González.- Nació en Madrigal de las Altas Torres el 7 de septiembre de 1908. Estudió en las escuelas profesionales salesianas, donde descubrió su vocación e ingresó en el noviciado de Carabanchel Alto. El 15 de agosto de 1929 emitió los votos como religioso salesiano y fue enviado a Italia, donde pudo ejercer sus buenas dotes para la mecánica. Al regresar a Madrid, fue asignado al taller del colegio, donde le sorprendió la persecución religiosa. Murió mártir, en Paracuellos del Jarama, el 28 de noviembre de 1936. Fue beatificado en Roma el 28 de octubre de 2007.
- Beato Juan Sánchez Sánchez.- Nació en Diego Álvaro el 27 de enero de 1882, hijo de Alejandro y Petra. Como el resto de los agustinos abulenses, Juan realizó el noviciado en el monasterio del Escorial, donde profesó de votos simples el día 21 de octubre de 1899. El 22 del mismo mes del año 1902 profesó de solemnes también en El Escorial, donde concluyó los estudios filosóficos y teológicos, y donde fue ordenado sacerdote en 1905. Con el tiempo, concluyó también la licenciatura en filosofía y letras por la universidad de Madrid, desde cuyas aulas pasó al campo de la docencia. Al quedar suprimidos los centros religiosos con la proclamación de la República, se trasladó de nuevo a Madrid donde fue admitido como profesor seglar. El inicio de la Guerra Civil le sorprendió en el monasterio del Escorial y la persecución religiosa le llevó a la cárcel de San Antón, junto con toda la comunidad. Era el 6 de agosto de 1936, y allí pasó casi cuatro meses de tormentos físicos y morales. Fue martirizado en Paracuellos del Jarama el 30 de noviembre de 1936; y beatificado en Roma el 28 de octubre de 2007.
- Beato Daniel (María) García Antón.- Nació en 1913 en Navacepeda de Tormes. Cuando todavía era un niño, su madre, maestra nacional, fue trasladada a Vallelado, en Segovia, cerca del santuario del Henar, donde acudió muchas veces a rezar a la Virgen y donde conoció a los padres Alberto Marco y Rafael Sarría, que acompañaría más tarde en su vocación carmelitana y en su martirio. En 1927 ingresó en el seminario carmelita de Villarreal, en Castellón. En 1929 pasó al noviciado de Onda y en 1930 profesó en la Orden del Carmen e inició sus estudios en Caudete, Albacete, hasta que fue expulsado en 1931 tras el advenimiento de la Segunda República. De regreso a Onda, destacó por su carácter equilibrado, discreto, silencioso, constructor de la vida comunitaria por su piedad y su dedicación al estudio, que afrontó con más tenacidad que dotes naturales. El 27 de julio de 1936 fue arrestado con toda la comunidad, alrededor de treinta religiosos, y sufrió numerosos registros, interrogatorios y vejaciones. Trasladado a Valencia y luego Madrid, entregó su vida por Cristo contra las tapias del cementerio de Carabanchel Bajo el 18 de agosto de 1936. Tenía veintidós años. Fue beatificado en Tarragona el 13 de octubre de 2013.
- Beato Aurelio (María) García Antón.- Hermano de Daniel, nació también en Navacepeda de Tormes, en 1916. En la misma estela vocacional que su hermano, en 1928, desde Vallelado, en Segovia, se trasladó al seminario menor carmelita de Villarreal, en Castellón. En 1931 tuvo que regresar a su casa, expulsado con toda la comunidad tras la proclamación de la Segunda República. Pero pronto volvió al convento carmelita del Henar, donde profesó en 1933. Compasivo y cariñoso, encandiló a sus compañeros por su sonrisa sencilla y profunda. Destacó en sus estudios hasta que, el 27 de julio de 1927, fue apresado con toda la comunidad de Onda y martirizado en Carabanchel Bajo el 18 de agosto de 1936. Tenía diecinueve años. Sus restos, junto a los de su hermano Daniel, reposan hoy en el santuario del Henar, en Segovia. Fue beatificado en Tarragona el 13 de octubre de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta esta noticia. ¡Gracias!