Hervé (izqda) y Antonio (dcha), nuevos diáconos |
Tal como anunció el Rector
del Seminario diocesano el pasado mes de marzo, este domingo 8 de junio
(solemnidad de Pentecostés) tendremos una doble ordenación de diáconos. Se
trata de los hasta ahora seminaristas Hervé Plaza García y Antonio Jiménez
Martín, quienes recibirán el sagrado orden del Diaconado de manos de nuestro
Obispo, Mons. Jesús García Burillo, en una celebración que comenzará a las 18
horas en la S.A.I. Catedral del Salvador.
Antonio Jiménez acaba de
cumplir 25 años esta misma semana. Es natural de Muñogalindo
(Ávila), donde fue
educado en la fe desde pequeño con su familia y en su parroquia. Realizó sus
estudios de Secundaria en Ávila capital, en el Instituto Jorge Santayana, y en
el último año de Bachillerato comenzó a formar parte de la experiencia del
Seminario en Familia, donde comenzó a plantearse en serio su vocación. De ahí,
a Salamanca, donde ha pasado estudiando los últimos siete años, y donde se
acaba de licenciar en Teología Dogmática por la Universidad Pontificia.
Hervé Plaza es un poco más
mayor (tiene 29 años). Natural de Arenas de San Pedro (Ávila), se traslada
cuando aún era niño a vivir en Baleares. Allí pasa su infancia y adolescencia,
y pierde el contacto con la Iglesia. Pero, ya mayor, vuelve a Ávila, donde
retoma ese contacto, principalmente al residir en la residencia de estudiantes
que tienen los dominicos en Santo Tomás. Vuelve a acercarse a la fe, y comienza
a plantearse su vocación sacerdotal, lo que le lleva a ponerse en contacto con
el Rector para poder acudir a estudiar también a Salamanca. Se da la
circunstancia de que comienza los estudios el mismo año que Antonio. Hervé
lleva, además, dos años en Sotillo de La Adrada, colaborando con el párroco de
esta localidad en la llamada “etapa pastoral”, que forma parte del proceso
vocacional. Y allí continuará por el momento, hasta que el Sr. Obispo le
comunique su nuevo cometido en la diócesis.
Desde la diócesis nos
alegramos inmensamente por este paso tan importante que van a dar Hervé y
Antonio en su vida de entrega al Señor y a la Iglesia. E invitamos a todo los
fieles a que participen en la ceremonia de su ordenación de este domingo, para
que el Espíritu Santo, en ese día de Pentecostés, les vaya preparando
interiormente como servidores de la Iglesia y de todos los hombres.
Recordamos que la figura del diácono es muy importante en el seno
de la Iglesia. Así se refleja en el Catecismo de la Iglesia Católica, cuando
señala que “los diáconos participan de una manera especial en la misión y la
gracia de Cristo. El sacramento del Orden los marcó con
un sello («carácter») que nadie puede hacer desaparecer y que los
configura con Cristo que se hizo «diácono», es decir, el servidor de todos.
Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a los
presbíteros en la celebración de los divinos misterios sobre todo de la
Eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebración del
matrimonio y bendecirlo, proclamar el Evangelio y predicar, presidir las
exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad”. Se
distinguen claramente de los presbíteros en las celebraciones por sus
vestiduras litúrgicas: la estola puesta al modo diaconal (es decir,
cruzada en el cuerpo desde el hombro izquierdo y unida en el lado derecho, a la
altura de la cintura) y, sobre ésta, la dalmática (vestidura cerrada con
amplias mangas, utilizada sobre todo en las grandes celebraciones y
solemnidades).
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