Mons. García Burillo, Fernando Carrasco (Ecónomo) y Auxi Rueda (Comunicación), presentando la campaña de la renta |
Un año más, se comprueba que Ávila sigue siendo solidaria y
comprometida, colocándose diez puntos por encima de la media nacional en cuanto
al número de Declaraciones con asignación para la Iglesia Católica. En total, un
48,8 % de abulenses marcaron esa casilla, contribuyendo así con un 0,7 % de sus
impuestos a la labor social, pastoral, caritativa y evangelizadora de la
Iglesia.
Nuestro Obispo ha explicado las razones por las que los
ciudadanos deben marcar esa X, ya que todos, sacerdotes y laicos, somos
corresponsables en la gestión de la economía de la Iglesia. En primer lugar,
porque “somos una gran familia, que comparte su fe y sus bienes entre sus
miembros”, con lo que se puede ayudar a cumplir un servicio social y de fe de
forma extraordinaria. Una gran familia, formada por 20.000 sacerdotes, 60.000
religiosos, 14.000 misioneros, 86.000 catequistas, 65.000 voluntarios en
Cáritas y 5.000 en Manos Unidas (entre ambos organismos, se destinan
302.554.000 euros para ayudar a más de 10 millones de personas).
También destacaba, como otra de las razones por las que
poner la X en la Declaración, es cómo, en este tiempo de crisis, millares de
personas están pudiendo salir adelante gracias a la atención de la Iglesia a
sus necesidades más básicas. Los miembros de la Iglesia somos personas de fe,
confiamos mutuamente en los demás, vivimos solidariamente al servicio de los
demás, y en particular de los necesitados. Con austeridad, con muy poco,
podemos hacer mucho por los que necesitan tanto. Como pide el Papa Francisco,
una Iglesia pobre y para los pobres.
Y, aunque una parte del dinero que llega de esos impuestos
(aproximadamente, el 30 %) se dedica a la retribución de sacerdotes, Mons.
García Burillo ha querido dejar claro que, a pesar de las imágenes distorsionadas
de los sacerdotes, religiosos y obispos, estos viven austeramente, y muchas
veces también pobremente.
Para el Ecónomo de la diócesis, D. Fernando
Carrasco, el hecho de marcar la X de la Iglesia supone un ejercicio de
libertad, de fidelidad, de solidaridad, pero también de coherencia con nuestra
fe y/o nuestros valores; y es que, a su juicio, sólo saldremos de la crisis si
nos atenemos a los principios de austeridad, solidaridad y coherencia con
nuestra conciencia. Además, ha recordado cómo en España hay más de 9 millones
de personas que realizan cada año este gesto, casi los mismos que acuden a Misa
cada domingo.
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