Queridos diocesanos,
Este domingo 4 de octubre da comienzo la XIV
Asamblea General Ordinaria de los Obispos sobre el tema “La vocación y la
misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”, que junto a la
Asamblea sinodal realizada en octubre del año pasado, resultan integradas en un
único proceso sinodal, con dos etapas celebrativas y un tiempo de reflexión y
de profundización teológico-pastoral. Os ofrezco algunos textos que nos hablan
de las preocupaciones del Sínodo.
«Fieles a las enseñanzas de Cristo miramos a
la realidad de la familia hoy en toda su complejidad, en sus luces y sombras.
Pensamos en los padres, los abuelos, los hermanos y hermanas, los familiares
próximos y lejanos, y en el vínculo entre dos familias que se crea con cada
matrimonio. El cambio antropológico-cultural hoy influye en todos los aspectos
de la vida y requiere un enfoque analítico y diversificado» (Relatio synodi,
5).
«A fin de verificar nuestro paso en el terreno
de los desafíos contemporáneos, la condición decisiva es mantener fija la
mirada en Jesucristo, detenerse en la contemplación y en la adoración de su
rostro. En efecto, cada vez que volvemos a la fuente de la experiencia
cristiana se abren caminos nuevos y posibilidades inesperadas. Jesús miró a las
mujeres y a los hombres con los que se encontró con amor y ternura, acompañando
sus pasos con verdad, paciencia y misericordia, al anunciar las exigencias del
Reino de Dios» (Relatio synodi, 12).
«El don recíproco constitutivo del matrimonio
sacramental arraiga en la gracia del bautismo, que establece la alianza
fundamental de toda persona con Cristo en la Iglesia. En la acogida mutua y con
la gracia de Cristo los novios se prometen entrega total, fidelidad y apertura
a la vida, y además reconocen como elementos constitutivos del matrimonio los
dones que Dios les ofrece, tomando en serio su mutuo compromiso, en su nombre y
frente a la Iglesia» (Relatio synodi, 21).
Pero también somos conscientes de que las
relaciones humanas son frágiles y no siempre se acierta en el camino de
maduración afectiva personal y como pareja. Por eso, «cuando los esposos
experimentan problemas en sus relaciones, deben poder contar con la ayuda y el
acompañamiento de la Iglesia. La pastoral de la caridad y la misericordia
tratan de recuperar a las personas y las relaciones» (Relatio synodi, 44).
Los temas a tratar en el Sínodo son muchos y
muy variados, como por ejemplo: cómo guiar a los prometidos en el camino de
preparación al matrimonio; el acompañamiento en los primeros años de la vida
matrimonial; cuidar de las familias heridas (separados, divorciados no vueltos
a casar, divorciados vueltos a casar, familias monoparentales); el desafío de
la educación y el rol de la familia en la evangelización, etc.
Queridos diocesanos, «el Sínodo de los
Obispos, reunido en torno al Papa, dirige su pensamiento a todas las familias
del mundo con sus alegrías, fatigas y esperanzas. En particular, siente el
deber de agradecer al Señor la generosa fidelidad con la cual tantas familias
cristianas responden a su vocación y misión» (Relatio synodi, 1).
Encomendamos a la Familia de Nazaret los
frutos del Sínodo, que tanto bien nos hará a toda la Iglesia, a la vez que
oramos por todas las familias con la plegaria propuesta por Papa Francisco:
«Santa Familia de Nazaret, haz de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo
de oración, auténticas escuelas del Evangelio. Jesús, María y José, escuchad y
acoged nuestra súplica».
Con mi bendición para todos,
+ Jesús, Obispo de Ávila
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