domingo, 11 de octubre de 2015

"Clausura del V Centenario de Santa Teresa"

Llegamos al final de este hermoso camino del V Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús, en el que hemos peregrinado tras las huellas de su vida, de su espiritualidad, de sus obras y de su mensaje para los hombres y mujeres de hoy. En este camino hemos sido bendecidos por el Papa Francisco, quien nos ha concedido, a toda la Iglesia española, la gracia de un Año Jubilar y también se ha hecho presente y cercano con dos mensajes pontificios con los que nos ha animado a profundizar y vivir el espíritu de la Santa.

El Papa Francisco nos ha recordado que nada de lo que movió a la Santa en su camino de santidad y de reforma ha perdido su vigencia. «Contemplación y acción siguen siendo su legado para los cristianos del siglo XXI. Siglos después, su testimonio y sus palabras nos alientan a todos a adentrarnos en nuestro castillo interior y a salir fuera, a “hacerse espaldas unos a otros… para ir adelante” (Vida 7,22). Sí, entrar en Dios y salir con su amor a servir a los hermanos. A esto “convida el Señor a todos” (Camino 19,15), sea cual sea nuestra condición y el lugar que ocupemos en la Iglesia (cf. Camino 5,5)».

La vida, la espiritualidad y la obra de santa Teresa de Jesús tienen mucho que aportarnos en la actualidad. Dan muestra de ello el continuo fluir de peregrinos, los numerosos visitantes a la ciudad que la vio nacer, y las variadísimas iniciativas: congresos internacionales, exposiciones -entre ellas, Las Edades del Hombre, con el tema: “Teresa de Jesús, maestra de oración”-, teatro, conciertos, publicaciones, etc., que nos han ayudado a profundizar en el “castillo interior” de la Santa abulense más universal.

Entre los frecuentes encuentros realizados, hemos admirado el Encuentro Europeo de Jóvenes, realizado los días 5 al 9 de agosto en esta ciudad de Ávila. El EEJ 2015 ha sido un gran acontecimiento eclesial, una plataforma para expresar de forma visible la fe en Jesucristo y el dinamismo de la Iglesia, especialmente entre los jóvenes, dando testimonio de la actualidad del mensaje cristiano y de la fraternidad universal. Los jóvenes se reunieron en torno a Cristo, convocados por santa Teresa de Jesús, para crecer, profundizar y dar testimonio de su fe y su amor a la Iglesia, porque como dice la Santa «Está claro que no puede uno dar lo que no tiene, sino que es menester tenerlo primero» (Fundaciones 5,13).

Aprovechando la gracia jubilar y el espíritu teresiano, nuestra Iglesia diocesana ha vivido un tiempo de misión. Una misión que no acaba con el V centenario, sino que deseamos continúe en el tiempo. Siguiendo las indicaciones del Papa Francisco, nuestra Diócesis quiere ser una «Iglesia en salida», una comunidad de creyentes que avance hacia las periferias de nuestra sociedad para ofrecer la alegría del Evangelio (cf. Evangelii gaudium, 20).

El primer objetivo que nos hemos planteado, de la mano de santa Teresa, es conseguir una honda conversión espiritual, revitalizando nuestra amistad con Cristo. Ahora bien, conocer a Jesucristo no consiste en tener de Él un saber intelectual sino alcanzar una relación personal, una sabiduría del corazón. Porque creemos que la evangelización no consiste en la aceptación de una doctrina sino en la transmisión de una experiencia.

La tentación para una Diócesis tan antigua como la nuestra es quedarnos cómodamente instalados en “lo de siempre”, vivir centrados en nuestros problemas internos sin salir al encuentro de quienes se han alejado de la Iglesia o no comparten la fe. En este año hemos aprendido de santa Teresa y del Papa Francisco «que ya no podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos y que hace falta pasar de una pastoral de conservación a una pastoral decididamente misionera» (Evangelii gaudium, 15).

La misión de este año en la Diócesis de Ávila, ha sido el inicio de una nueva forma de situarnos como creyentes y evangelizadores en el tiempo y en la sociedad actual. Después del V Centenario, ¿cómo continuar esta tarea? En primer lugar, he pedido que la comisión que ha coordinado este año la misión continúe activa para seguir acompañando, animando y promoviendo la nueva evangelización en cada comunidad cristiana: una Comisión diocesana para la nueva evangelización, vinculada a la Vicaría de Pastoral. En segundo lugar, he pedido a los equipos misioneros diocesanos que sigan trabajando, formándose y poniéndose al servicio de la Diócesis a través de la citada comisión. Y en tercer lugar, invito a que acojamos el Año de la misericordia, convocado por el Papa Francisco, en perspectiva misionera.

Confiamos en que esta hermosa labor, que nos implica a todos en la nueva evangelización, será secundada por la especial intercesión de santa Teresa de Jesús; ella nos invita a que «juntos andemos» en la alegre misión de anunciar a Jesucristo en nuestra querida tierra de Ávila.

+ Jesús, Obispo de Ávila

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