Una vez convocado el Jubileo de la
Misericordia por el Santo Padre, en el Calendario de la Santa Sede figura la
fecha del domingo 12 de junio como el Jubileo de la Misericordia
de los enfermos, ancianos, discapacitados. Para unirnos a la Iglesia universal,
también en nuestra Diócesis se celebrará este Jubileo el próximo domingo
12 de junio en dos templos Jubilares: en la ciudad de Ávila, en la Catedral del
Salvador a las 11 horas (presidido por el Sr. Obispo); y en el Santuario de San
Pedro de Alcántara, en Arenas de San Pedro a las 18 horas. El Jubileo de la
Misericordia de los enfermos, ancianos, discapacitados, tendrá lugar en el
marco de la Celebración de la Eucaristía durante la cual, algunas personas que
han sido preparadas en sus Parroquias, recibirán el Sacramento de la Unción de
Enfermos. Con júbilo, como comunidad diocesana, nos unimos a los enfermos,
ancianos y discapacitados deseando para ellos las bendiciones del Padre de la
Misericordia.
Dicho Jubileo irá precedido de una catequesis
sobre las Obras de Misericordia que impartirá el Vicario General de la
diócesis, D. Abilio Blázquez de Francisco, el viernes 10 de junio por la tarde
en el Palacio de los Serrano.
Para todos aquellos enfermos que, por
cuestiones de salud y/o movilidad, no puedan acercarse el domingo a los templos
señalados, les recordamos que también pueden ganar el Jubileo, como explica el
Papa Francisco: “Para ellos será de gran ayuda vivir la enfermedad y el
sufrimiento como experiencia de cercanía al Señor que en el misterio de su
pasión, muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y
a la soledad. Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba,
recibiendo la comunión o participando en la Santa Misa y en la oración
comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, será para
ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar".
Con esta celebración, la Iglesia pone de
manifiesto que en su corazón, por expreso deseo de Jesucristo, están los
pobres, los ancianos, los enfermos, aquellas personas que sufren alguna
discapacidad. Lo recuerda el Papa Francisco: “A la familia, en la prueba
de la enfermedad, no se la puede dejar sola, la Comunidad cristiana lo sabe
bien y damos gracias a Dios por las experiencias eclesiales en las que se ayuda
a las familias a atravesar el difícil momento de la enfermedad y del sufrimiento.
Esta cercanía cristiana, de familia a familia, es un verdadero tesoro para una
parroquia; un tesoro de sabiduría, que ayuda a las familias en los momentos
difíciles y hace comprender el reino de Dios mejor que muchos discursos. Son
caricias de Dios”. (Audiencia 10.6. 2015)
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