El Papa Francisco, en su mensaje para la cuaresma, nos invita a superar la
indiferencia hacia Dios y el prójimo y nos pide a todos que este tiempo de Cuaresma
se viva como un camino de formación del corazón. Para formar el corazón, semejante
al de Cristo, es necesaria la conversión, y para ello la Iglesia nos propone tres
caminos: la oración, el ayuno y la limosna. Tres caminos que coinciden con los
objetivos planteados para la misión diocesana y que nacen también de la
espiritualidad de santa Teresa de Jesús: oración, pobreza y fraternidad.
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