A primera hora de este jueves hemos conocido
el fallecimiento del sacerdote diocesano José María Arévalo, quien ha pasado a
la casa del Padre a sus 65 años tras una larga enfermedad.
Nacido en la capital abulense, estudió primero
en el Seminario, para después continuar sus estudios eclesiásticos en la
Universidad Pontificia de Salamanca y en la Universidad de Comillas (Madrid).
Fue ordenado sacerdote en octubre de 1980. Su vida pastoral se desarrolla entre
varias parroquias de la diócesis. Empezó en Umbrías y Gil-García (entre 1980 y
1988), también en Puerto Castilla (1982), para después desempeñar las labores
de párroco de Mirueña, San García de Ingelmos y Mancera de Arriba (entre 1988 y
1994). Más recientemente se estableció en el Arciprestazgo de Piedrahíta, donde
ha ejercido como administrador parroquial de Villafranca de la Sierra, Bonilla,
Mesegar de Corneja, Tórtoles, Cabezas de Bonilla, Navacepedilla de Corneja, Garganta
de los Hornos, San Miguel de Corneja, Navaescurial, Diego Álvaro, Carpio
Medianero, San Miguel de Serrezuela, Pascualcobo, Martínez y Arevalillo (entre
2004 y 2013).
Muchos jóvenes estudiantes le recordarán
también por su paso por Salamanca, donde fue Director de la Residencia
Universitaria Diocesana “Tomás Luis de Victoria” durante cuatro años (entre
1998 y 2002).
Pero, si una faceta ha destacado en la vida de
José María Arévalo ha sido la de misionero. En la década de los noventa, pasó
cuatro años (1994 – 1998) trabajando en el Seminario de Guinea Ecuatorial, con
el que la diócesis tenía firmado un convenio de colaboración. Su interés por
evangelizar en los países de misión le llevó años más tarde a partir de nuevo,
en esta ocasión a Mozambique, donde llevó a cabo una experiencia misionera
entre 2002 y 2004). A su regreso a la diócesis, nunca descuidó esta vocación,
fomentando el espíritu misionero entre quienes lo rodeaban. Uno de sus últimos
proyectos fue contribuir a la puesta en marcha de la asociación “Misioneros
Voluntarios Solidarios”, que viene desarrollando varios proyectos de
cooperación con Angola, país al que viajaba los últimos veranos José María con
otros misioneros abulenses.
En estos momentos se puede velar a José María
Arévalo en el tanatorio de Antonio Álvarez (Ávila). Mañana viernes, 23 de
enero, recibirá cristiana sepultura tras la celebración de exequias que tendrá
lugar en la Basílica de San Vicente a las 11 horas.
Gracias, hermano y amigo.
ResponderEliminarGracias, hermano y amigo
ResponderEliminarGracias José María, hermosos años en Salamanca
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