Queridos diocesanos:
Se han cumplido recientemente 25 años de la exhortación
apostólica Christifideles laici, sobre la vocación y misión de los laicos, de
san Juan Pablo II. En ella se desarrolla ampliamente el valor espiritual,
eclesial, social y público de los laicos. En esa misma estela doctrinal nos
dice el Papa Francisco que: «La formación de laicos y la evangelización de los
grupos profesionales e intelectuales constituyen un desafío pastoral
importante» (EG 102).
Las dos exhortaciones apostólicas, Fieles laicos y Alegría
del Evangelio, animan a los laicos a tomar conciencia de su vocación y misión
en la Iglesia, subrayando el valor y la urgencia de la formación de un laicado
capaz de hacer llegar el Evangelio a los diversos contextos humanos. «Los
fieles laicos, precisamente por ser miembros de la Iglesia, tienen la vocación
y misión de ser anunciadores del Evangelio: son habilitados y comprometidos en
esta tarea por los sacramentos de la iniciación cristiana y por los dones del
Espíritu Santo» (CFL 33).
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