Dos castellanos universales, maestros del espíritu,
doctores de la Iglesia. Con sus testimonios y escritos muestran el camino que
conduce a la santidad: la experiencia de Dios. Teresa de Jesús y Juan de la
Cruz compartieron la hermosa y sacrificada misión de renovar, desde la
radicalidad de su carisma, no sólo la Orden del Carmen ofreciendo un nuevo
camino en la vida religiosa, sino también un nuevo horizonte evangelizador para
la Iglesia universal. Teresa como fundadora, y Juan como colaborador fiel y
primera piedra en la rama masculina.
domingo, 15 de diciembre de 2013
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