Desde hace algunos años se viene celebrando el Día de los
Abuelos el 26 de julio, coincidiendo con la fiesta de San Joaquín y Santa Ana,
padres de la Virgen María y abuelos, por tanto, de Jesús. Es éste un día para
el amor y la gratitud, para mostrar respeto y cariño a nuestros mayores, cuya
importancia social no tiene medida. La celebración de esta fiesta nos ayuda a
reconocer y valorar el papel que la generación de la sabiduría desempeña en la
vida de todos nosotros. Quiero, ante todo, tener hoy una palabra de
felicitación para nuestros abuelos y sus familias.
Así hablaba sobre ellos San Juan Pablo II: “¡Nuestros abuelos! La Biblia les reserva el
calificativo de ricos en sabiduría, maestros de la vida, testigos de la
tradición de la fe y personas llenas de respeto de Dios... Es importante que se
conserve, o se restablezca donde se haya perdido, un pacto entre generaciones,
de modo que los padres ancianos, llegados al término de su camino, puedan
encontrar en sus hijos la acogida y la solidaridad que ellos les dieron cuando
nacieron”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta esta noticia. ¡Gracias!