lunes, 1 de agosto de 2016

JMJ, días 10, 11 y 12: ¡No somos jóvenes que "vegetamos"! Queremos dejar huella

El grupo de Ávila, animando
la oración y catequesis del viernes
La JMJ ha concluido, tras un fin de semana intenso, en el que se han desarrollado los actos centrales del evento. El pasado viernes 29, el grupo de Ávila participó en la catequesis dirigida por el Obispo de Bilbao, Mons. Mario Iceta, siendo además nuestros chicos quienes animaron con sus cantos la oración. Tras celebrar con el mismo Prelado la Eucaristía, cogieron el tren rumbo a Cracovia, concretamente al Parque Blonia. Allí, bajo un sol abrasador, esperaron pacientes la llegada del Papa Francisco, quien  apareció entre un sinfín de cantos de júbilo por parte de los jóvenes. Y allí se desarrolló un emotivo Viacrucis lleno de representaciones teatrales, en el que los jóvenes rezaron junto al Santo Padre. Nos cuentan que quedaron impresionados por sus emocionantes palabras: “El Papa Francisco nos ha invitado a seguir el estilo de Jesús en nuestro día a día, cuidando de nuestros hermanos, especialmente los más necesitados, material y espiritualmente”. Tras ello, una vez más, la música como protagonista indiscutible en un nuevo festival nocturno, hasta que el grupo de abulenses puso rumbo a Bochnia para descansar.

Imagen de la Vigilia
del sábado por la tarde - noche
El sábado se presentaba especialmente emotivo, pues los abulenses se despedían de la que había sido su ciudad de acogida durante muchos días. Tras pasar la mañana en Bocnia, de nuevo el tren les llevaría hasta Cracovia, donde tuvieron que recorrer a pie 8 km hasta el Campus de la Misericordia bajo un sol abrasador, que dejaba ya en el recuerdo las lluvias de los últimos días. Y allí, junto a más de un millón y medio de jóvenes de todo el mundo, celebraron una sentida Vigilia con el Santo Padre. El Papa Francisco llegó al Campus Misericordiae de la mano de varios jóvenes del mundo. Juntos atravesaron esta simbólica puerta santa. Incluso algunos le acompañaron en papamóvil hasta el enorme escenario diseñado para la ocasión. El Papa quería a los jóvenes cerca, tanto, que les pidió que se sentaran junto a él. Varios testimonios se intercalaron con un espectacular montaje en el que se explicó, por ejemplo, la importancia del perdón con esta recreación de la visita de Juan Pablo II a Ali Agca en prisión. 

El Papa explicó a los jóvenes que frente a la violencia y las guerras, la actitud de los cristianos debe ser distinta: "nosotros no queremos vencer el odio con más odio, vencer la violencia con más violencia, vencer el terror con más terror. Nosotros hoy estamos aquí, porque el Señor nos ha convocado. Y nuestra respuesta a este mundo en guerra tiene un nombre: se llama fraternidad, se llama hermandad, se llama comunión, se llama familia”.  Y también volvió a espolear sus conciencias, buscando que sean proactivos: "Queridos jóvenes, no vinimos a este mundo a "vegetar”, a pasar por él cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca. Al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella. Es muy triste pasar por la vida sin dejar una huella”. Aseguró el Papa que Dios les pide que hagan algo grande con sus vidas, que sueñen y que luchen por hacer del mundo un lugar diferente.

Tiempo para dormir
en el Campus de la Misericordia


El  Papa se marchó pero los jóvenes pasaron la noche allí, durmiendo al raso con sus sacos de dormir. Así amanecieron la mañana del domingo, cansados pero con muchas ganas de vivir la última experiencia de la JMJ: la Misa de Envío. Tras el preceptivo aseo en el mismo lugar, y un desayuno de picnic, los jóvenes abulenses se dispusieron para recibir de nuevo al Santo Padre, con alegría y cierto sentimiento de pena por saber que esta experiencia estaba a punto de terminar.

El Papa llegó al Campus de la Misericordia bajo una gran ovación, aplaudido por cientos de miles de jóvenes de todas las nacionalidades. En su reveladora Homilía, El Santo Padre recomendó a los jóvenes que rechacen la tristeza, “un virus que  infecta y paraliza todo, que cierra cualquier puerta, que impide que la vida se  reavive, que recomience”. Y, haciendo gala de su cercanía con el mundo actual, el Papa pidió a los jóvenes que el Evangelio sea el “navegador” de sus vidas y la oración el primer “chat” de cada día. Todo ello antes de anunciar que la próxima Jornada Mundial de la Juventud será en Panamá en 2019.

Todos los sacerdotes de Ávila que participaron
en la Misa de Envío con el Papa Francisco

Al concluir la Eucaristía, tocaba recoger y limpiar la zona. Con cuidado de no dejarse ninguna de sus pertenencias, los abulenses cerraban así una semana y media de experiencias inigualables en Polonia. Ya están rumbo a España, donde está previsto que lleguen esta tarde de lunes.











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