
Sobre Nissan, afirma que son casi un millar de abulenses (entre empleos directos
y empresas auxiliares) los que se pueden ver afectados. Y que, como ya
ocurriera tras el cierre de Lear, “muchas familias verían dañada su
estabilidad, personal y económica”. A juicio del Obispo, a la larga,
repercutiría directamente en las posibilidades para nuestros jóvenes, pérdida
de capital humano y un empobrecimiento general de la sociedad.
Por todo ello, Mons. García Burillo hace un llamamiento a
los responsables de Nissan, para que cumplan sus compromisos y mantengan el
empleo. Pero también se dirige a los propios trabajadores de la factoría
abulense, a los que pide que "mantengan el talante dialogante y
constructivo en la defensa de sus puestos de trabajo, de su futuro y de sus
familias, en definitiva de la ciudad de Ávila".
Finaliza su escrito el Obispo de Ávila pidiendo a toda la comunidad cristiana
que acompañe con su ayuda y apoyo a las personas que tienen dificultades en su
trabajo o pierden sus empleos, y promoviendo la solidaridad como principio
básico de convivencia.
Puedes leer AQUÍ la carta completa.
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