miércoles, 29 de junio de 2016

Fallece D. Eusebio Rodríguez, quien fuera párroco de Constanzana, Cabezas de Alambre y Donjimeno

Esta mañana hemos conocido el fallecimiento del sacerdote D. Eusebio Rodríguez Alonso, a los 85 años de edad. Natural de San García de Ingelmos (Ávila), fue ordenado sacerdote en 1956, tras haber cursado sus correspondientes estudios en el Seminario. Desde entonces, ha desempeñado varios cargos pastorales en diferentes parroquias de la diócesis. En un primer momento ejerció como Ecónomo de La Horcajada y Encargado de Encinares (1956), como Ecónomo de Urraca Miguel, Encargado de Bernuy Salinero, Encargado de Mediana de Voltoya y sus anejos Berrocalejo, Vicolozano y Brieva (1958), y más tarde como Encargado de Narros de Saldueña (1976). Sin embargo, su vida sacerdotal ha quedado ligada a tres pueblos: Donjimeno, Constanzana y Cabezas de Alambre, a los que ha estado vinculado desde 1958 hasta su jubilación hace apenas unos años. Eso sí, con un breve paréntesis en 1990, cuando fue nombrado Vicario Parroquial del Inmaculado Corazón de María (aunque seguía en ese momento siendo también párroco de Donjimeno).

La celebración de exequias por D. Eusebio se celebrará mañana jueves 30 de junio en la parroquia de la Sagrada Familia (Ávila), a las 10 horas. Después, recibirá cristiana sepultura en San García de Ingelmos, su pueblo natal. Rogamos una oración por su alma. Que el Señor le tenga en su gloria.

Nuevo tuit de Don Jesús: ante los atentados de Estambul

domingo, 26 de junio de 2016

"La fecundidad del amor"

Queridos diocesanos:

Ayer hemos celebrado el Encuentro Diocesano de las Familias. Fue una celebración muy hermosa en la que compartimos todos como una gran y verdadera familia. Conviene que sigamos acogiendo con gratitud el rico contenido de la Exhortación Amoris laetitia del Papa Francisco. Hoy me gustaría detenerme en el capítulo quinto, dedicado a la fecundidad del amor. ¿Qué nos dice el Papa?

El amor auténtico es fecundo: genera vida. Por eso, el amor conyugal no se agota en la donación recíproca de los esposos, sino que se prolonga más allá de ellos expresándose en la realidad de los hijos. Los hijos son un don de Dios. Dios, en su infinita misericordia, se fía de los padres y les hace partícipes de lo más propio suyo: de su poder creador. Por eso, los padres han de acoger y custodiar con responsabilidad y asombro el don de los hijos. No son dueños de la vida de sus hijos, sino custodios y guardianes.

El Papa recuerda que «las familias numerosas son una alegría para la Iglesia» y que, en ellas, «el amor expresa su fecundidad generosa». No obstante, conviene entender de manera adecuada la paternidad responsable, que no es procreación ilimitada sino que implica por parte de los padres un uso responsable de su libertad, teniendo en cuenta tanto la realidad social, como su propia situación.

El embarazo es el tiempo gozoso y a la vez difícil de la espera de una nueva vida. Cada niño es un sueño de Dios fruto de su amor eterno del que los padres han de participar soñando a su hijo. De ahí que el Papa señale que un hijo no puede ser nunca una solución para un problema o ser usado para el propio beneficio, sino que «es un ser humano con un valor inmenso». Los niños han de sentirse esperados y amados gratuitamente y de forma incondicional. El Papa Francisco pide a las mujeres embarazadas que cuiden el gozo de la maternidad a pesar de las dificultades, porque el niño merece y necesita de esa alegría que es fruto de saberse instrumento de Dios para traer una nueva vida al mundo.

El Papa señala también la necesidad y el derecho natural del niño a recibir el amor de una madre y de un padre para su íntegra y armoniosa maduración personal. «No se trata sólo del amor del padre y de la madre por separado, sino también del amor entre ellos». Por desgracia, muchos niños y jóvenes viven hoy un profundo sentimiento de orfandad. Los niños necesitan de la presencia materna, especialmente en los primeros meses de vida. El feminismo extremo, que persigue la uniformidad y la negación de la maternidad, es un grave peligro para nuestra sociedad.

El Pontífice recuerda también el papel imprescindible de los padres en la transmisión de la fe. La protección y orientación del padre a los hijos son tan necesarias como los cuidados maternos. Hoy día, el problema no es la “presencia entrometida” de los padres, sino más bien su ausencia y la crisis de autoridad. Los padres han de estar presentes, pero sin ser controladores ni anular a los hijos.

El Papa no olvida a los esposos que no pueden tener hijos y del sufrimiento que esto les supone. Señala la adopción como camino para realizar su paternidad de una manera generosa. No obstante, la procreación y la adopción no agotan la fecundidad del amor.

Queridos diocesanos, la familia que transmite la fe y hace presente el amor de Dios se convierte en familia fecunda. En cambio, cuando se encierra en su propia comodidad y olvida sus deberes sociales, enferma. La celebración de la Eucaristía ayudará a las familias a superar la tentación de la indiferencia y a reforzar sus deseos de fraternidad y compromiso con los más necesitados.

Con mi bendición y afecto,


+ Jesús, Obispo de Ávila

miércoles, 22 de junio de 2016

Los fieles de Ávila contribuyen con 9.834,82 euros en la campaña “Con el Papa por Ucrania”

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha entregado a la Nunciatura Apostólica un total de 1.620.789,20 euros de la Campaña “Con el Papa por Ucrania” que se celebró el domingo 24 de abril (de esta cantidad, la CEE ha aportado 300.000 euros, que se suman a los 1.320.789,20 recaudados en donativos). Recordamos que en esta Campaña participaron de manera conjunta CEE, CONFER, Cáritas, Manos Unidas y Ayuda a la Iglesia Necesitada, además de las diócesis españolas. En concreto, la diócesis de Ávila ha contribuido en ese total con 9.834,82 euros, que es el montante total de la colecta que se realizó en las parroquias abulenses en las Misas de ese citado domingo; a esta cifra habría que sumar los donativos que los fieles realizaran de forma directa a través del número de cuenta que la CEE facilitó para la campaña.

UNA JORNADA CONVOCADA POR EL PAPA
El papa Francisco, antes de la oración del Regina Coeli del domingo 3 de abril, convocó una colecta especial en todas las iglesias católicas de Europa para aliviar los sufrimientos materiales del pueblo ucraniano y a la vez expresar su cercanía y solidaridad personal y la de toda la Iglesia. En respuesta a esta convocatoria, la Iglesia en España puso en marcha la Campaña “Con el Papa por Ucrania” en la que se implicaron todas las diócesis junto con las organizaciones caritativas y asistenciales de la Iglesia. Participaron de manera conjunta, CEE, CONFER, Cáritas, Manos Unidas y Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Los 1.620.789,20 euros que se han recaudado se han enviado a la Santa Sede, a través de la Nunciatura Apostólica en España, que se encargará de su distribución en los territorios afectados de Ucrania a través del Pontificio Consejo “Cor Unum”.col

Tercer Encuentro diocesano de las Familias, enmarcado en el Jubileo de la Misericordia

El Secretariado diocesano de Familia y Vida está preparando un encuentro de las familias de la Iglesia de Ávila, que cumple su tercera edición. Dicho Encuentro tendrá lugar el próximo sábado 25 de junio a las 11 horas, en el Noviciado de Santa Teresa (frente al parque del Soto). Como ha indicado el Sr. Obispo en su último escrito a los fieles, este Encuentro se enmarca dentro del Jubileo de la Misericordia que estamos celebrando en este 2016, del que Mons. García Burillo desea que “nos ayude a crecer en familia y a vivir los valores cristianos que la sostienen”.

Bajo el lema “Misericordia en familia”, los asistentes podrán escuchar varios testimonios sobre la llamada “experiencia en Retrouvaille” (un programa europeo de ayuda para matrimonios en conflicto); mientras los adultos asisten a la charla, los más pequeños estarán cuidados por monitores, con actividades específicas para ellos. Después, la comida será compartida, y amenizada con diferentes actividades lúdicas. Para finalizar, el Sr. Obispo presidirá allí mismo la Eucaristía a las 17 hs.


Desde el Secretariado quieren que sea un día de fiesta y de acción de gracias al Señor por el don de la familia, e invitan a todas las familias a participar de un día de “gozo del Evangelio”. Conscientes de la importancia de la familia y también de las dificultades que la rodean en estos momentos, desde el Secretariado quieren que esta jornada sirva para sentirse muy unidos a todas las familias de Ávila y participar con ellas de sus problemas, dificultades, alegrías y esperanzas. Por ello, convocan a todas las familias abulenses a este encuentro, para gozar de la vida familiar en una jornada de convivencia, pero también de mucha alegría y enorme esperanza ante el futuro.

lunes, 20 de junio de 2016

domingo, 19 de junio de 2016

"Misericordia en familia"

Queridos diocesanos:

El próximo sábado 25 de junio celebraremos el Encuentro Diocesano de las Familias, organizado por el Secretariado de Familia y Vida del Obispado de Ávila, este año con el lema: “Misericordia en familia”. El matrimonio es el “reflejo” del amor que Dios tiene a la humanidad; reflejo de un amor como el descrito por san Pablo: paciente, servicial, sin envidia, sin alarde, sin arrogancia; amor que busca el interés de los demás, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra en la injusticia y goza con la verdad; amor que disculpa sin límites, cree sin límites, espera y soporta sin límites. El amor no pasa nunca (1 Co 13).

El Papa Francisco, en su exhortación La alegría del amor, nos dice que el matrimonio, con nuestra debilidad y nuestras limitaciones, es un “reflejo del amor de Dios”. Esto tiene consecuencias concretas y cotidianas, porque los esposos, en virtud del sacramento, son investidos de una auténtica misión, para que puedan hacer visible, a partir de las cosas sencillas, ordinarias, el amor con el que Cristo ama a su Iglesia, que sigue entregando la vida por ella.

El amor conyugal, ciertamente, se mueve en el mundo de las emociones y sentimientos, eso que los clásicos llamaban “pasión”, pero -mediante el sacramento del matrimonio- ese amor se eleva al punto de convertirse en signo de un amor más grande, más pleno: el de Dios. «El amor matrimonial lleva a procurar que toda la vida emotiva se convierta en un bien para la familia y esté al servicio de la vida en común. La madurez llega a una familia cuando la vida emotiva de sus miembros se transforma en una sensibilidad que no domina ni oscurece las grandes opciones y los valores sino que sigue a su libertad, brota de ella, la enriquece, la embellece y la hace más armoniosa para bien de todos».

El Papa compara el amor conyugal con el amor de amistad, pero llevado a su más alta cumbre de donación. El mismo Jesús dijo a sus discípulos: «Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos» (Jn 15, 13). Por eso, «Después del amor que nos une a Dios, el amor conyugal es la “máxima amistad”. Es una unión que tiene todas las características de una buena amistad: búsqueda del bien del otro, reciprocidad, intimidad, ternura, estabilidad, y una semejanza entre los amigos que se va construyendo con la vida compartida. Pero el matrimonio agrega a todo ello una exclusividad indisoluble, que se expresa en el proyecto estable de compartir y construir juntos toda la existencia».

En estas fechas, comenzando el verano, hay muchas parejas que se unen en matrimonio. A todas ellas mi más sincero deseo de felicidad. Y, a los novios que tienen intención de realizar su vocación construyendo una familia, quiero recordaros lo que nos dice el Papa: «La unión que cristaliza en la promesa matrimonial para siempre, es más que una formalidad social o una tradición, porque arraiga en las inclinaciones espontáneas de la persona humana… Prometer un amor para siempre es posible cuando se descubre un plan que sobrepasa los propios proyectos, que nos sostiene y nos permite entregar totalmente nuestro futuro a la persona amada. Que ese amor pueda atravesar todas las pruebas y mantenerse fiel en contra de todo, supone el don de la gracia que lo fortalece y lo eleva».

Reitero mi invitación a todas las familias de la Diócesis para participar del Encuentro diocesano de las Familias, el próximo sábado 25 de junio, en el noviciado de Santa Teresa (el Soto). Comenzaremos a las 11h. Compartiremos el testimonio, la comida de picnic, momentos lúdicos, finalizando con la eucaristía a las 5 de la tarde. Habrá monitores para los niños. Que este Jubileo de la misericordia nos ayude a crecer en familia y a vivir los valores cristianos que la sostienen.

Con mi bendición y afecto,

+ Jesús, Obispo de Ávila

lunes, 13 de junio de 2016

Fallece D. Fidel Gutiérrez del Rey, ligado a la parroquia de San Juan 42 años

En la mañana del domingo fallecía en la casa sacerdotal el presbítero D. Fidel Gutiérrez del Rey, a los 89 años. Natural de Urraca Miguel (Ávila), había sido ordenado sacerdote en marzo de 1952, tras haber estudiado en el Seminario Diocesano. En un primer momento, y tras un breve paso como Ecónomo de Villanueva del Campillo (1952 – 1953), la vida pastoral de D. Fidel está ligada al sur de la diócesis; allí ejerció como Ecónomo de Lanzahíta y Pedro Bernardo (1953), y años más tarde como Ecónomo de Candeleda (1964); labores que compaginó con sus funciones en la Cmosión Diocesana de Sagrada Liturgia (1965). Seis años después, recala en la capital abulense, concretamente en la parroquia de San Juan Bautista. Allí permanecerá casi 42 años (1970 – 2012), primero como Ecónomo (1970 – 1985), después como Párroco (1985 – 1999), y más recientemente como Vicario Parroquial (1999 – 2012). Actualmente estaba ligado a la parroquia de San Vicente, adscrito a ella desde hace 4 años.

La celebración de exequias por D. Fidel se celebrará hoy lunes 13 de junio en la parroquia de San Juan Bautista, a las 11 horas. Después, recibirá cristiana sepultura en Urraca Miguel, su pueblo natal. Rogamos una oración por su alma. Que el Señor le tenga en su gloria.

viernes, 10 de junio de 2016

Don Jesús recuerda las palabras del Cardenal Blázquez sobre la situación política

Para que cada uno “ejerza su responsabilidad civil buscando siempre el bien común”. Con este objetivo, el Obispo de Ávila, Mons. Jesús García Burillo ha querido reflexionar en su alocución semanal a los fieles sobre el discurso del presidente de la Conferencia Episcopal (el Cardenal Ricardo Blázquez) en la última Asamblea Plenaria, acerca de la situación política en la que se encuentra el país en la actualidad. En él, D. Ricardo calificaba de “inéditos” los resultados electorales del pasado diciembre, y aseguraba que los obispos están llamados, como pastores de la Iglesia, “a decir una palabra sobre las especiales circunstancias políticas que está viviendo nuestro pueblo”.

Siguiendo esta misma línea, el Obispo de Ávila recuerda que la falta de acuerdo político nos ha llevado a unas nuevas elecciones, lo cual ha generado “grandes incertidumbres”. Por ello, centra su mirada en cuatro puntos concretos del discurso de abril del presidente de la CEE sobre “algunas realidades básicas que nos garantizan mayor estabilidad y una mirada más confiada al futuro”.

Así, Mons. García Burillo recoge las palabras del Cardenal Blázquez sobre el papel de la Iglesia en la firma de la Constitución de 1978 (“gestada en un ambiente de diálogo y consenso”, “reconciliándonos como ciudadanos y convivientes”), sobre la importancia histórica de Europa, sobre la importancia de garantizar la libertad religiosa (que “debe ser reconocido, ya que es inherente a la persona, que lo tiene por sí misma y no porque se le otorgue”), y sobre la laicidad positiva (que implica “cooperación” y “neutralidad”, por lo que D. Ricardo aboga por mantener los Acuerdos Iglesia – Estado “que no son privilegios, sino instrumentos jurídicos de armonía con el derecho a la libertad religiosa”).

Termina su escrito el Obispo de Ávila destacando el interés que tiene la Iglesia de contribuir “mediante su específica misión pastoral al bien común de todo nuestro pueblo”, también en el contexto sociopolítico actual. Y recuerda que, según el espíritu marcado por el Papa Francisco, la Iglesia debe ser “misionera y en diálogo, que aliente una cultura del encuentro”.

jueves, 9 de junio de 2016

La diócesis celebra el domingo el Jubileo de los Enfermos, ancianos y discapacitados


Una vez convocado el Jubileo de la Misericordia por el Santo Padre, en el Calendario de la Santa Sede figura la fecha del domingo 12 de junio como el Jubileo de la Misericordia de los enfermos, ancianos, discapacitados. Para unirnos a la Iglesia universal, también en nuestra Diócesis  se celebrará este Jubileo el próximo domingo 12 de junio en dos templos Jubilares: en la ciudad de Ávila, en la Catedral del Salvador a las 11 horas (presidido por el Sr. Obispo); y en el Santuario de San Pedro de Alcántara, en Arenas de San Pedro a las 18 horas. El Jubileo de la Misericordia de los enfermos, ancianos, discapacitados, tendrá lugar en el marco de la Celebración de la Eucaristía durante la cual, algunas personas que han sido preparadas en sus Parroquias, recibirán el Sacramento de la Unción de Enfermos. Con júbilo, como comunidad diocesana, nos unimos a los enfermos, ancianos y discapacitados deseando para ellos las bendiciones del Padre de la Misericordia.

Dicho Jubileo irá precedido de una catequesis sobre las Obras de Misericordia que impartirá el Vicario General de la diócesis, D. Abilio Blázquez de Francisco, el viernes 10 de junio por la tarde en el Palacio de los Serrano.

Para todos aquellos enfermos que, por cuestiones de salud y/o movilidad, no puedan acercarse el domingo a los templos señalados, les recordamos que también pueden ganar el Jubileo, como explica el Papa Francisco: “Para ellos será de gran ayuda vivir la enfermedad y el sufrimiento como experiencia de cercanía al Señor que en el misterio de su pasión, muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y a la soledad. Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión o participando en la Santa Misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar". 

Con esta celebración, la Iglesia pone de manifiesto que en su corazón, por expreso deseo de Jesucristo, están los pobres, los ancianos, los enfermos, aquellas personas que sufren alguna discapacidad. Lo recuerda el Papa Francisco: “A la familia, en la prueba de la enfermedad, no se la puede dejar sola, la Comunidad cristiana lo sabe bien y damos gracias a Dios por las experiencias eclesiales en las que se ayuda a las familias a atravesar el difícil momento de la enfermedad y del sufrimiento. Esta cercanía cristiana, de familia a familia, es un verdadero tesoro para una parroquia; un tesoro de sabiduría, que ayuda a las familias en los momentos difíciles y hace comprender el reino de Dios mejor que muchos discursos. Son caricias de Dios”. (Audiencia 10.6. 2015)